Editorial


En el 2001 nos imaginamos un programa educativo que lograra cambiar la vida de unos pocos chicos y sus familias a través de su propio esfuerzo y el acceso a una educación de calidad. Sabíamos que iba a ser difícil, que se trataba de un programa contracorriente, que pensar en un programa tan intensivo, cualitativo, largo e innovador parecía imposible en la Argentina…¡Sin embargo hoy cumplimos 10 años trabajando con ellos y los resultados superan nuestras expectativas!

Costanza Oxenford.

 

En una noche tan especial, quiero compartir con ustedes palabras de una alumna nuestra, Ayelén Ruiz y de su mamá. Creo que ellas describen mucho más elocuentemente de lo que puedo hacerlo yo, lo que significa Germinare.

 

"Germinare me dio principalmente la herramienta del conocimiento. Aparte de los estudios, me dio herramientas para la vida. No solo les enseñan a los chicos literatura, matemáticas o historia, sino que también se les enseñan valores. Y esas son las herramientas que realmente llevo conmigo siempre y que me ayudan día a día, no solo en el colegio pero también en la vida misma.

 

Al principio fue bastante duro, pero cuando entramos al colegio nuevo estábamos muy bien preparadas. Obviamente uno se siente un poco cansado, pero hay que usar bien la cabeza, reflexionar, y darse cuenta que todo lo que estas haciendo es para un gran fin y que el esfuerzo es importantísimo para llegar a cualquier meta que uno se proponga.

 

En mi familia se notaba el cansancio también, de llevarme, traerme, llevarme al colegio, reuniones y todo. Igualmente nunca bajamos los brazos a pesar de que nos costo bastante…

 

Pude cumplir todas mis expectativas dentro del programa. Además también quería entrar al colegio y llevarme bien con los compañeros nuevos, lo que pude cumplir con gran facilidad.

 

¿Que espero de mi futuro? Muchas cosas. La verdad ahora pienso en recibirme en la universidad como publicista. Trabajar, y pienso seguir como siempre, tratar de buscar lo mejor, no conformarme con lo menos, si no que me gusta tratar de apuntar alto y cumplir mis objetivos. Tener una familia obviamente, y seguir trabajando haciendo lo que me gusta para conseguir lo mejor para ellos. También me gustaría mucho poder ayudar a la fundación de alguna manera, seguir en contacto con ellos".

 

A lo largo de estos 10 años aprendimos que el apoyo de los padres es fundamental para que los chicos puedan recorrer este camino. Es por eso que trabajamos muy de cerca con todas las familias de nuestros alumnos. Paula, La mamá de Ayelén quiso compartir su visión como madre de una alumna de "Agentes de Cambio".

 

"…Desde el comienzo Ayelén fue cambiando y nos fue cambiando. Cada cosa nueva que nos contaba de su escuela, hacían que brillen sus ojos: cada torneo ganado, cada medalla recibida, cada diploma, cada palabra de sus profesores de aliento y entusiasmo; tal fue mi gran sorpresa al saber que los profesores la votaron para ganar su medalla el merito estudiantil, me llena de orgullo y emoción. Les cuento viendo el esfuerzo que "Aye" hace para terminar sus estudios y seguir una carrera, me ha contagiado y estoy terminando el secundario".

 

¡Muchas gracias a cada una de las empresas y personas que nos apoyan y confían en Germinare! Ustedes nos ayudaron a construir este sueño, y confiamos en que seguiremos pudiendo dar oportunidades de cambio a futuras generaciones de Germinare.

 

Constanza Oxenford
Fundadora y Directora Ejecutiva
Fundación Germinare


DIEZ VECES DIEZ

 

Decía en una entrevista el ex - Presidente de Chile Ricardo Lagos refiriéndose a la falta de igualdad de oportunidades para los habitantes de América: "la cuna donde uno nace determina la tumba donde será enterrado".

 

Germinare, con los resultados de sus 10 años de existencia, es una prueba viva de que ésto puede no ser cierto cuando ante la voluntad de superación de algunos, existen las manos solidarias de muchos que acompañan y orientan.

 

Frente a una cotidianidad sin horizontes que solo mira el pasado con su pesada carga de fracasos y desencuentros, Germinare quiere proponer algo para el futuro: el desarrollo pleno de sus chicos.

 

Porque una niñez sin futuro no es niñez, y una niñez sin educación no tiene futuro.

 

Esa es la convicción de más de 130 chicos, 260 padres, 70 padrinos, 19 colegios, 13 empresas, 17 miembros del staff y muchos más amigos que nos acompañan y alientan.Diez años son el umbral de otros diez y, Dios mediante, de diez veces diez. Tienen sabor de comienzo. Es la planta que ha brotado y sueña con un follaje generoso.